Castilla-La Mancha es tierra de aceite de oliva. La variedad Castellana, cultivada en la DOP Aceite de La Alcarria, da a este producto unas cualidades únicas y un aceite de calidad excepcional capaces de jugar un papel fundamental en la nutrición de los niños desde la primera infancia.
Y es que al aceite de oliva es un alimento rico en sustancias beneficiosas, en particular polifenoles, vitaminas, ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, que son potentes antioxidantes naturales y ejercen una importante acción preventiva frente al desarrollo de enfermedades no transmisibles en la edad adulta.
Durante el destete, la denominada alimentación complementaria, tal y como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso del aceite de oliva virgen extra favorece el desarrollo óseo, el sistema nervioso central y muchas otras funciones metabólicas.