Castilla-La Mancha
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Los aceites de Castilla-La Mancha, entre los mejores del mundo

El sector agroalimentario de aceite de oliva cobra un protagonismo especial dentro de la economía castellano-manchega, tanto en el sector exterior como interior, convertido en un valioso medio de fijación de la población rural al ser la industria más importante que existe en gran parte de las poblaciones de la Región.

En la actualidad, es la segunda productora oleícola de España, con más de 100.000 explotaciones y alrededor de 250 almazaras. 

Entre los aceites propios de Castilla-La Mancha encontramos cuatro con Denominación de Origen bajo los nombres de Montes de Toledo, Montes de Calatrava, Aceites de La Alcarria y Campo de Montiel.
Entre los mejores aceites del mundo
La superficie regional destinada al cultivo del olivar ronda las 400.000 hectáreas, de las que más de 130.000 están bajo el paraguas de alguna Denominación de Origen, lo que supone una garantía para el consumidor y un aval para su comercialización.

Ocupando el segundo puesto en producción oleícola a nivel nacional, después de Andalucía, el sector del olivar castellano-manchego tiene una gran importancia económica y social en la Región, donde existen más de 100.000 explotaciones y alrededor de 250 almazaras, de las que más de la mitad son cooperativas.

El hecho de que la producción sea menor en C-LM que en Andalucía permite que los aceites que se elaboran sean de excelente calidad.

Sin lugar a dudas, se trata de un sector que en la actualidad está cobrando un protagonismo especial dentro de la agricultura castellano-manchega.

En España existen 28 Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) de aceite de oliva virgen y extra, cada una de ellas regida por sus propios estatutos, cuidando la calidad de los aceites que producen, marcando pautas de cultivo, de recogida, de elaboración, de embotellado y de etiquetado.

Todas ellas están comprometidas con la calidad final del producto, a través de rigurosos controles. Sobre todo porque durante mucho tiempo ha habido, en muchos países, sonados casos de corrupción y adulteración del aceite de oliva.

En Castilla-La Mancha están reconocidos cuatro aceites con Denominación de Origen: La Alcarria, Campo de Calatrava, Montes de Toledo, y Campo de Montiel.

El principal factor diferenciador de los aceites castellano-manchegos es la variedad Cornicabra, originaria de la zona de los Montes de Toledo, que prácticamente limita su presencia a nuestra comunidad autónoma al haberse adaptado perfectamente a sus condiciones agro-climáticas.

Existen sin embargo otras variedades tradicionales como la Manzanilla, Verdeja o Picual, que van apareciendo según nos aproximamos a las zonas limítrofes con otras comunidades, además de las que, aún siendo foráneas, se están implantando en los últimos años como consecuencia de la expansión de las nuevas plantaciones de olivar intensivo y superintensivo.

Los aceites de la variedad Cornicabra poseen una altísima estabilidad (resistencia al enranciamiento) y gozan de una gran singularidad organoléptica, destacando un gran equilibrio entre los valores de frutado, amargo y picante que les confiere una gran personalidad.

Unas características que han permitido a estos aceites disfrutar de gran prestigio en el comercio internacional, siendo altamente valorados por los envasadores italianos que habitualmente los han utilizado para encabezar sus aceites, logrando con ello aumentar su estabilidad y potenciar sus cualidades organolépticas.

Prueba del prestigio de estos aceites es que en el argot aceitero se ha venido utilizando tradicionalmente la expresión «tipo Toledo» para definirlos, lo que demuestra la notoriedad internacional de la que han sido objeto.