La "atascaburras" manchego con ajo morado de las Pedroñeras, una tradición navideña desde hace cuatro siglos
Llega el invierno y, para esos meses de frío, el cuerpo pide platos que mantengan el calor. En Castilla-La Mancha llevan siglos elaborando la famosa “atascaburras” que, en base a su larga tradición histórica, cumple sin duda esta misión de mantener el cuerpo caliente.
La "atascaburras" procede de las zonas más rurales de España y, de hecho, es de las recetas más antiguas, pues hay constancia que la elaboración de este plato se remonta incluso al siglo XVII.
A pesar de tener fama en el resto de Comunidades Autónomas, la "atascaburras" se origina en Castilla- La Mancha. También se conoce como ajo arriero o ajo mortero, y se suele comer durante los días nevados y de mucho frío, muchos de los cuales transcurren durante la época navideña.
Los expertos dicen que este plato debe comerse directamente desde el mortero en el que se cocina, sin utilizar ningún plato. Esta es una de las costumbres manchegas para comer como es debido la famosa "atascaburras".
La historia de el “atascaburras”
Cuenta la historia que el plato nació cuando los pastores se vieron aislados después de una gran nevada. Lo único que tenían para llevarse a la boca eran unas patatas, espinas de bacalao y aceite de oliva. Lo cocieron todo con ayuda de la nieve, y para no notar las espinas del bacalao le añadieron aceite, y machacaron la mezcla muy fuerte.
Cuando regresaron al pueblo y contaron su vivencia, dijeron que aquella comida podría “hartar hasta a las burras”, pues el ruido que hace el burro al quedarse atascado en el barro e intentar salir es muy similar al de los ingredientes cuando se machacan en el mortero.
Con el tiempo, la receta ha ido modificándose hasta que, hoy en día, hay quien le añade también huevo cocido.
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