El azafrán es un condimento muy querido en toda España. No es para menos cuando lo ponemos en algunas de las recetas más icónicas de nuestra gastronomía.
Esta pequeña flor, procesada para convertirse en hebras de un rojo vibrante, es conocido por su característico olor y el color amarillento que agrega de forma natural a algunos platos.
Un condimento ideal para el verano
¿A quién no se le ha antojado una paella al calor de julio? Nadie puede resistirse a semejante plato, pero no sería lo que es en la actualidad sin una pizca de azafrán para dar ese color amarillo intenso a los granos de arroz.
El uso del azafrán está además muy extendido en otros platos calientes como potajes o carnes. A todo parece quedarle bien.
El azafrán de la Mancha, una DOP merecida
El azafrán de nuestra tierra es la única figura de calidad que ampara a una especia. Se obtiene de forma natural a la par que tradicional, puesto que la monda y el desbriznado se hacen a mano, así como el tostado de las hebras que luego le agrega ese sabor tan característico.
Su zona de producción está compuesta por 335 municipios de Castilla-La Mancha, repartidos entre Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Debido a sus particularidades, el Azafrán de la Mancha solo se vende envasado y nunca a granel, siempre identificado con la etiqueta del Consejo Regulador de la DOP.