Castilla-La Mancha
campoyalma
campoyalma
Boletín
 
buscar
Búsqueda en los contenidos de la web

Aceite Campo de Montiel, un tesoro natural

La tierra, el aire, el origen. El cultivo del olivar está arraigado en la comarca de Campo de Montiel desde hace siglos. Las peculiaridades de su suelo y clima proporcionan un aceite exquisito merecedor de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Campo de Montiel. Olivos con alma que guardan con un tesoro el sabor de esta tierra. Una naturaleza única que confiere su carácter único en el mundo.

Así, el aceite de oliva virgen extra amparado por la DOP se produce en tierras marcadas por la presencia de suelos pardo-rojizos y pardo-calizos, por la alta proporción en su composición de carbonatos cálcicos y una alta salinidad. El Campo de Montiel, que abarca más de 7.000 km2 de superficie y altitud media de 850 metros, es una comarca física homogénea con una superficie dedicada al cultivo del olivar de 49.498 hectáreas, representando más del 13% del total destinado a usos agrarios. La zona de producción de este AOVE es de 26 municipios.

En concreto, Los municipios que forman la zona de producción son los siguientes: San Carlos del Valle, Membrilla, Santa Cruz de Mudela, La Solana, Almuradiel, Viso del Marques, San Lorenzo de Calatrava, Albaladejo, Alcubillas, Alhambra, Almedina, Carrizosa, Castellar de Santiago,   Cózar, Fuenllana, Montiel, Puebla del Príncipe, Santa Cruz de los Cáñamos, Terrinches, Torre de Juan Abad, Torrenueva, Villahermosa, Villamanrique, Villanueva de la Fuente y Villanueva de los Infantes.

El Aceite Campo de Montiel se obtiene del fruto del olivo, de las variedades Cornicabra, Picual, Manzanilla, Arbequina y Local. El contenido mínimo conjunto de las dos variedades principales (Cornicabra y Picual) en el Aceite Campo de Montiel es del 75%, siendo el porcentaje de cada una de las variedades al menos del 30%.

Las características específicas de este producto se deben a la mezcla natural de las variedades mayoritarias cornicabra y picual, que les otorgan destacados amargos y picantes, que se convierten en atributos positivos de los aceites. Según la valoración organoléptica, estos están presentes en valores notables, comprendidos para el amargor entre 3 y 6 y para el picor entre 3,4 y 6,3. En menor medida también están la manzana o la almendra, propios de otras variedades.