Analizamos el potencial de la blanca Chardonnay, la variedad con mayor prestigio en el viñedo internacional, muy bien adaptada a La Mancha
Tiene su origen en la región de Borgoña en Francia, aunque hoy día se puede afirmar que se trata de una de las variedades blancas más extendidas en el viñedo mundial. Su estrucutura, su volumen en boca y, su aroma y su expresividad versátil la convierten en una variedad muy apreciada.
¿Cómo es la Chardonnay?
Sus racimos son vigorosos con un hollejo poco consistente, por lo que la recolección debe ser cuidadosa.
La Chardonnay es una uva con gran carga aromática y probablemente la que mejor se adapte a su paso por barrica.
Se trata además de una uva versátil, que además se ha adaptado muy bien al viñedo manchego ya sea ensamblada con otras variedades blancas o en vinos de categoría monovarietal.
Los chardonnay manchegos sorprenden al paladar por su potencia de primarios en nariz, marcadamente tropicales, que junto a una adecuada acidez y frescura los convierten en vinos jóvenes de paso muy agradable en boca.
Por este motivo, es importante vigilar su evolución, ya que es una de las variedades de las llamadas tempranas en su ciclo de brotación y posterior maduración. Como afirma, Jesús Martínez, técnico de campo en el IRIAF, hay que estar muy atentos desde su envero hasta la llegada propia de la vendimia, ya que una sobremaduración puede descompensar sus parámetros de acidez.
Vendimias con nocturnidad y alevosía
En La Mancha, la implantación de la Chardonnay hace décadas ha sido muy favorable. Aunque quizás la clave ha estado en las vendimias, realizdas Como explica Ángel Álvarez, técnico de campo, se “busca garantizar sus aromas primarios en estas primeras variedades y también buscar un ahorro de coste energético en el control de la temperatura para la fermentación”.