Este plato evoca la vida de los pastores, quienes, mientras cuidaban de sus rebaños en los campos, solían preparar comidas sencillas pero sabrosas, basadas en los productos locales y las tradiciones culinarias de cada zona. En particular, el cordero, tierno y sabroso, se convierte en el protagonista de esta receta, en la que se combina con ingredientes humildes pero llenos de sabor.
Ingredientes:
Elaboración:
En primer lugar, hay que salar la carne y rebozar ligeramente con harina. Se fríe a fuego vivo, lo justo para que se selle.
Después poner el cordero frito en una sartén con abundante aceite y añadir el aceite sobrante de la fritura.
A continuación, poner de nuevo en el fuego, añadir la cebolla, cortada a rodajas grandes, junto con una cabeza de ajos sin pelar. Cuando la cebolla empieza a pocharse, añadir agua, en cantidad abundante, pero en función de la cantidad de carne que haya.
Se le añade un buen chorro de vino rancio y se va corrigiendo de agua, a medida que se va cociendo el guiso. Cuando ya así está cocido, se le añade una picada de almendra y ajo, para que espese la salsa.