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Descubre el Ice Wine de la DO Manchuela

La versatilidad del vino es alucinante. No sólo por la infinidad de variedades que presenta, si no, también, por las formas en que éste se consume a lo largo y ancho del globo terráqueo. Vinos calientes, sangrías, vermuts, tintos de verano o fragolinos, son sólo algunos ejemplos de las diferentes formas que tenemos de consumir el vino en función de la zona geográfica en la que nos hallemos.

Existen muchas clases de vinos, pero lo cierto es que hay algunas menos conocidas que otras. Es el caso del “Ice Wine” o vino de hielo, un tipo de vino que forma parte de esas clases de vinos descubiertas de forma accidental, y que se han convertido en todo un éxito fortuito.

La DO Manchuela cuenta con uno de estos vinos, Dulce Enero, de bodegas Altolandon.  

Orígenes

Los orígenes de este vino los hallamos hacia 1794 en la Franconia Alemana, una región al sur del país. Fue allí donde, los viticultores alemanes se encontraron ante la necesidad de cosechar las uvas que habían quedado en las cepas después de una helada. Estas uvas congeladas dieron origen a un vino extraordinariamente dulce y con una estructura excepcional, que pronto se convirtió en un tesoro muy valorado en el mercado.

Características

Para que un vino sea considerado vino de hielo, existen una serie de condiciones que se han de cumplir durante el proceso de elaboración: 

Sus uvas tienen que alcanzar temperaturas inferiores a – 7°C en la propia cepa.

Pero, además, las uvas empleadas en la elaboración de un mismo vino, deben proceder de la misma región. 

No está permitido el uso de métodos artificiales para la recogida de las uvas, y su vendimia y prensado deben llevarse a cabo a temperaturas inferiores a -8°C. 

Otra característica importante de este tipo de vino es que está prohibido añadir aditivos, tanto antes como después del prensado de las uvas. 

Por otro lado, el contenido mínimo de azúcar natural ha de ser del 15% (lo que equivale a 110 grados Oechsle o 25,88 Brix), sin un límite máximo establecido. 

El vino terminado debe tener un grado mínimo de alcohol del 5%.

Elaboración

Del mismo modo, el proceso de elaboración presenta una serie de particularidades que merece la pena señalar: 

El Icewine auténtico se produce de forma natural, sin ningún tipo de congelación artificial. Las uvas se dejan en la vid hasta el invierno, deshidratándose,, lo que produce una concentración de los azúcares, ácidos y aromas.  Debido a esta alta concentración de azúcares y a las bajas temperaturas, la fermentación es lenta. Se utilizarán cubas de madera para llevar a cabo el proceso y   una vez terminada esta fermentación continúan los procesos normales de cualquier vino.

Los racimos se recogen sólo si la congelación es homogénea. O puede darse el caso que haya que recogerla uva a uva si la helada no ha sido suficiente. En el hemisferio norte, se está en plena temporada de recogida. Suele llevarse a cabo en entre agosto y finales de octubre o principios de noviembre, a oscuras y en las madrugadas, cuando las temperaturas suelen alcanzar entre los los -8 y -12ºC.

En la etapa de prensado es un proceso complicado ya que han de emplearse prensas hidráulicas o mecánicas y jaulas especiales. 

Las variedades tradicionales de esta clase de vino incluyen Riesling y Gewürztraminer, pero también se utilizan otras como Seyval Blanc, Vidal Blanc, Chenin Blanc, Grüner Veltliner, Pinot Blanc, Pinot Gris, Chardonnay, Sémillon, Gamay, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot.

El maridaje perfecto

Como ocurre con cualquier clase de vino, este también presenta el maridaje ideal. Combina especialmente bien con postres, porque armoniza perfectamente con dulces. Aunque hay otras opciones con las que marida fenomenal, como los quesos fuertes o el foie gras. 

No obstante, optar por degustarlo solo, tras las comidas es una idea maravillosa. Eso sí, se debe hacer en pequeños sorbos ya que es un vino potente y profundo.

A pesar de su notable dulzura, el vino de hielo no resulta empalagoso debido a la alta acidez que también lo caracteriza. Esto le brinda una frescura que equilibra esos altos niveles de azúcar, y le permiten además, mantener su calidad en condiciones óptimas durante décadas.