Castilla-La Mancha
campoyalma
campoyalma
Boletín
 
buscar
Búsqueda en los contenidos de la web

DOP Aceite de La Alcarria: tradición y calidad

La Denominación de Origen Protegida (DOP) Aceite de La Alcarria, constituida en el año 2006, se encuentra situada en el noroeste de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, ocupando las comarcas del sudoeste de la provincia de Guadalajara (95 términos municipales) y el noroeste de Cuenca (42 términos municipales). La DOP viene elaborando históricamente aceites de características diferenciadas, gozando de una reputación excepcional, debido a unas prácticas de cultivo y elaboración perfectamente definidas. La superficie aproximada de esta DOP es de unos 6.000 km2 , que alberga casi cuatro millones de olivos.

La variedad Castellana o Verdeja está fuertemente vinculada a la zona, siendo la variedad principal, endémica de la DOP, llegando a representar, el 90% del total. No existen variedades secundarias, es decir, plantaciones regulares que no llegan a ser dominantes, pero sí variedades difundidas (Manzanilla de Centro), localizadas en varias comarcas, pero con escasa importancia superficial en ellas, y locales (Gordera y Martín Galgo), localizadas en una sola zona (endémicas), donde tienen, generalmente, poca difusión. La variedad Arbequina es una variedad principal en las DOPs españolas de Cataluña, pero de nueva introducción en la DOP Aceite de La Alcarria.

La DOP Aceite de La Alcarria se caracteriza por la baja producción de sus olivos, con una media de 5 kg por árbol, y por el bajo rendimiento graso de su variedad principal, Castellana, con solo un 18%. Por ello, sería interesante e importante contrarrestar esta situación con la búsqueda de la calidad diferenciada, que efectivamente poseen estos olivares de La Alcarria.

Altitud y clima

La altitud de los municipios alcarreños alcanza cotas entre los 700 y los 900 metros. Se trata de una zona árida, de superficie irregular y bastante quebrada, formada por suelos pedregosos y terrenos color grisrojizo, salpicados de lomas, oteros y alturas leves y redondeadas, de pobre vegetación con zonas desérticas o semidesérticas. Estas superficies están cruzadas, de vez en cuando, por escasas corrientes de agua, que forman riachuelos o reguerillos de menguado caudal y de aguas bastante salobres, debido a la composición mineralógica de los terrenos, lo que no impide que se formen algunas vegas que destacan por contraste con el yermo del entorno.

El clima de la zona de estudio, por su situación geográfica, se incluye en el dominio general de los climas mediterráneos con sus rasgos específicos, determinados por la continentalidad y la altitud. La situación de interior peninsular explica los rasgos continentales que tiene el clima de la comarca.

En invierno persisten situaciones estables con presencia de altas presiones, con pérdidas de calor por irradiación, mientras en verano, con fuerte calor, se produce un calentamiento de la superficie que se transmite a la masa de aire en contacto con la misma, lo que produce fuertes tormentas de carácter térmico. Por tanto, podemos afirmar que el clima de la comarca es mediterráneo con influencia continental, con inviernos fríos y veranos cálidos.

La Alcarria se encuentra enclavada en la cabecera de la Cuenca Hidrográfica del Tajo, aunque algunos pueblos conquenses del sur de la comarca se sitúan en la cabecera de la Cuenca del Guadiana. La personalidad de su paisaje queda definida por los ríos y sus afluentes que forman los valles y rompen el páramo, como son el Guadiela y el Tajuña.

La densidad de cultivo del olivar alcarreño es una variable que depende, no sólo del municipio sino también del agricultor, siendo la aconsejada por la DOP Aceite de la Alcarria, de 120 a 180 olivos por hectárea. La práctica totalidad del olivar alcarreño se explota en régimen de secano. Las técnicas de cultivo son bastante homogéneas dentro de la DOP. Destaca la modalidad de cultivo tradicional que consiste en dar entre dos o tres pases a la tierra con el cultivador, para la eliminación de adventicias. Las malas hierbas y los brotes cercanos al tronco se eliminan manualmente o se tratan con herbicidas. Este sistema tradicional se utiliza en un 90%, siendo, por tanto, el más común.