Los melones amparados por la Indicación Geográfica Protegida Melón de la Mancha son de la variedad botánica «saccharinus», de los cultivares «Piñonet» o «Piel de sapo», en cualquiera de sus variedades comerciales, destinados a su venta en estado fresco a los consumidores.
La zona de producción de los melones de la IGP Melón de la Mancha es la comarca natural de La Mancha, que comprende las localidades de Alcázar de San Juan, Arenales de San Gregorio, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Daimiel, Herencia, Las Labores, Llanos del Caudillo, Manzanares, Membrilla, Puerto Lápice, Socuéllamos, Tomelloso, Valdepeñas y Villarta de San Juan, todas pertenecientes a la llanura manchega, con una altura media entre los 500-700 m.
Los terrenos en los que se localiza el cultivo son poco profundos, con tierras de labor de no más de 35 cm de profundidad y escasa fertilidad, bajos niveles de materia orgánica y PH elevados. Son terrenos arenosos o franco-arenosos, muy permeables y altamente mineralizados. Climatológicamente es una comarca fría y seca. Estas condiciones edafoclimáticas proporcionan al producto unas propiedades cualitativas en cuanto al tamaño, el color, el escriturado de la piel y la conformación externa de los frutos; la textura y la fibrosidad de la pulpa.
Desde el punto de vista sensorial, los melones amparados por esta IGP destacan por el dulzor, la jugosidad y la escasa fibrosidad de su carne.
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