Su nombre viene del lugar en que se encuentra la bodega, históricamente denominado Río Negro, debido al particular color oscuro del agua que corre por sus barrancos. El terreno ha sido catalogado como zona «Viticultura Heroica» por el Centro de Investigación, Estudio, Salvaguarda, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña (Cervim), por su suelo pedregoso en superficie, con un fuerte grado de evolución, tendente a la erosión y con acumulación de arcilla, lo que dificulta en muchas ocasiones la mecanización.
El clima de la zona es continental mediterráneo, con precipitación media de 560 milímetros anuales y una notable oscilación térmica diaria superior a 20ºC. Su baja humedad y fuertes vientos favorecen la salubridad y calidad de las uvas. Una mayor radiación solar debida a la altura provoca hollejos más gruesos que aportan una mayor intensidad aromática. Y una temperatura diurna suave implica una maduración más lenta y, por tanto, la formación de una mayor cantidad de antocianos, que aportan tonos más rojos al vino, así como a un tanino de alta calidad polimérica y dulcificación natural.
Son vinos tranquilos, blancos o tintos. Las variedades autorizadas para su elaboración son las tintas tempranillo, tinto fragoso, syrah, cabernet sauvignon y merlot. Los tintos pueden ser monovarietales o mezcla y se han de envejecer un mínimo de once meses, de los que al menos cinco deben estar depositados en roble. La variedad tinto fragoso es la variedad autóctona endémica de la zona y ancestral de la que no hay constancia de su existencia en ninguna otra zona del mundo.
Los blancos se elaboran con un 100% de uva Gewürztraminer y se envejecen sobre lías en depósitos de acero inoxidable o roble durante un mínimo de tres meses, más otro mes en botella.
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