El vino puede convertirse en aliado en cualquer velada romántica. Y si es un vino de la DO La Mancha el éxito está garantizado. Una sugerente y divertida propuesta.
Porque tampoco es cuestión dedicar los momentos más tiernos a nuestro ser querido cuando los dictados convencionales del calendario así lo anuncien. Desde luego, en aquellos que sí optan por buscar oasis de placer y disfrute enamorado, proponemos un particular ménage à trois: tu pareja… tú y… una copa de tu vino favorito de la DO La Mancha.
Segun la R.A.E. la pasión es una Inclinación o preferencia muy vivas de alguien a otra persona, y también el apetito de algo o afición vehemente a ello, y estas dos definiciones se entienden mejor si el vino que compartes es perfecto, como la buena musica.
No importa qué tipo de vino elijas, lo más importante es disfrutarlo con tu pareja. El vino es una excelente manera de conectarse y crear recuerdos juntos, ya sea que esté celebrando una ocasión especial o simplemente disfrutando de una noche tranquila.
Las metáforas se vierten en torrente en el placer que nos produce una copa de vino deslizándose en la boca como aquel (primer) beso (enamorado) que eriza nuestros poros y derrumba nuestros cimientos más racionales.
Es así como se cubre de versos la sensual caricia que nos provoca un vino en su paso por boca, acentuada en el aroma agradable para los sentidos, como ya lo resumiera el propio Federico García Lorca: “Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo.” . Incluso el propio poeta griego, Eurípides, del siglo V a.C, quien llegaba a afirmar tajante aquello de: “Donde no hay vino no hay amor”.
Eros y el vino en la historia
Basta con recurrir a nuestra cuna, con la civilización grecolatina, para documentar como los caprichos y designios más divinos han estado siempre sujetos a los efluvios (voluntarios o no…) del culto a Dionisos. Siglos después, el propio autor latino, Ovidio, sentenciaría resumiendo los riesgos pasionales del vino, cuando doblega a la razón, y las convenciones: “con amor, el vino es fuego”, apuntó el poeta romano, autor del Arte de amar.
En armonía
Como en el placer gastronómico se acude a la armonía ideal de plato y vino, así debemos buscar el maridaje sensorial de aquel vino (favorito) para compartirlo con la persona más especial.
¿Acaso no existe mayor placer que sentir la caricia tánica de un vino mientras clavamos nuestra mirada en sus pupilas?
No esperes el momento idóneo para descorchar el beso…